miércoles, 2 de abril de 2008

Cuando el alta no es suficiente

Cuando tengo tiempo libre suelo pensar demasiado. Debe ser mi naturaleza, el dar vueltas a las cosas, descubrir los porqué y buscarle un sentido a cada suceso que vivo.

Últimamente he caido en la cuenta de que estoy muy solo. Tras varios meses de haber recibido mi alta, me hallo solitario y triste. Si bien es cierto que nunca he tenido muchos amigos, hoy esta situación me incomoda. Antes no le prestaba mucha atención. Más bien ignoraba mi soledad, sabiendo que era cómodo no tener que enfrentarme a ese mundo que me atemorizaba. Hoy, en cambio, con ganas de hacer cosas, me doy cuenta de que no tengo con quién hacerlas.

Entonces, con el tiempo de que dispongo aprovecho de pensar. La siguiente comparación parecerá exagerada, pero estoy seguro de que nadie más que no haya pasado por lo que vivo podría comprenderla y considerar que es una analogía muy acertada. Salir de una fobia como la fobia social debe parecerse mucho a estar encerrado durante muchos años en una prisión y salir en libertad.

Vivir con fobia social es estar privado de libertad, de la libertad para hacer amigos e interactuar con el entorno social. Quizás la gran diferencia es que la fobia es una celda que no han impuesto otros, sino que está ahi, con sus rejas, desde que no te acuerdas cuándo, pero que nadie ha construido más que el cúmulo de vivencias del fóbico social.

Según esta analogía, podría considerar mi alta como la obtención de mi libertad. Sin embargo, de la misma forma en que un ex convicto no logra insertarse en el sistema, el fóbico social tampoco logra entrar en la vida social. En ambas situaciones, creo que se debe al entorno que no se pone en los zapatos del que acaba de salir al mundo. En ambos casos, es el ex convicto el que tiene que luchar por encontrar el camino a la reinserción social.

Superar la fobia social u obtener el alta del sicólogo (es posible que no se trate de lo mismo), no basta para gritar victoria y creer que no hay daños colaterales.

En mi caso, siempre estuve bastante aislado, solamente que ahora eso molesta demasiado. Hubo un tiempo en que podían pasar meses en que yo no hiciera más que mi rutina de estudios o trabajo, sin ningún contacto social en los ratos libres, situación que, como ya indiqué más arriba, me acomodaba. Era más fácil ignorar lo que me sucedía que dar el salto y enfrentarme a los miedos y las crisis de pánico. Los daños colaterales que mencioné consisten en que esta comodidad implicó no desarrollar relaciones sociales. Entablar una amistad para una persona puede ser lo más natural del mundo. Para un fóbico social es, en cambio, un muro demasiado alto para saltar. Ya que las analogías funcionan cuando se trata de explicar algo, digamos que sería como escribir con la mano izquierda para alguien que es diestro: resulta demasiado complicado y el resultado es digno de risa.

Pues eso, acá estoy, después de varios meses de recibir mi alta y tan solo como antes de obtener esa noticia. Creo que no podría haber puesto mejor nombre a este blog que aquel que tiene. La fobia social es sin duda el peor de los miedos. Es el miedo al miedo, es el miedo a lo que necesitas para sobrevivir en el mundo: relaciones sociales. Es un miedo que trae daños colaterales que subsisten mucho después de que crees haber superado la fobia.

2 comentarios:

Nuria D. Martos dijo...

he llegado a tu blog por casualidad, sin embargo, he sentido curiosidad por leer lo que escribes. y al contrario de lo q pones, me parece que eres bastante valiente, ya que el simple hecho de escribir que tienes miedos, ya es de valientes...
animo! y saludos...

Anónimo dijo...

Hoy en especial me ha servido mucho leer tu blog. Yo no sabia que esto que yo tengo es una forma de fobia social. Hace tres años sufrí el ataque fisco y psicológico de un tipo que me pretendía, lo cual nos llevo a hospitales y juzgados. Finalmente gane la contienda, pero quede muy mal emocionalmente. He ido superando todos mis temores, puedo trabajar y salir a la calle sola, hacer ejercicio y recupere casi por completo mi vida. Creo mi fobia se debe a que en mi país los juicios se hacen por medio de tramites y todo es papeleo. Tuve al principio una pésima abogada que me hacia tramitar todo a mi sola y jamas me acompañaba; el trato que te dan los judiciales es espantoso , y la justicia en México es la mas corrupta del mundo., me daba pánico ir a los hospitales, juzgados y salir a la calle. Al principio iba perdiendo mi caso, finalmente cambie de abogado y ganamos el juicio, se determino que ese tipo padecía un trastorno de personalidad paranoide grave. Yo pensaba que al terminar este traumático periodo de mi vida volvería a ser la misma, pero ahora cada vez que debo hacer un tramite, aunque sea mínimo, sufro mucho. Se que es absurdo que me de tanto pánico pedir una simple constancia, abrir una cuenta bancaria o cualquier cosa así de simple, pero por alguna razón eso me causa un temor espantoso. Ya supere el miedo a salir sola, a trabajar , a estar sola en mi casa, incluso no temo si algún día vuelvo a ver a ese tipo, pero los tramites me dan terror. Gracias a ti hoy me entero que padezco una fobia social.