lunes, 30 de octubre de 2006

Encuentros Cercanos

El viernes recién pasado me sucedió algo que no me sucedía en años.
Si tengo un vicio ese es fumar (tabaco) y los días de semana me veo obligado a dejar la oficina varias veces durante el día y salir a la calle para saciar el apetito de nicotina. De modo que el viernes tomé el ascensor a eso del mediodía y al salir del edificio encendí un cigarrillo. Tras unos dos minutos veo salir a una mujer de traje que parecía tener más o menos mi edad. Me pidió fuego. Hasta aquí todo normal, pues es frecuente que preste mi encendedor cada vez que estoy fumando. Luego de devolverme el encendedor, ella seguramente seguiría su camino y yo seguiría divagando sobre las cosas de la vida que son ajenas a mi existencia; sin embargo, se quedó ahí, a un metro de mi, y tras un par de segundos me mete conversa.

"¿Tú trabajas aquí en este edificio?", la pregunta me pilló de sorpresa y mientras pensaba que no era necesario que me hablase tan sólo por haberle prestado fuego, me di cuenta que no tenía opción sino contestarle. "Sí, en el piso xx, en una empresa de xxxx". La conversación siguió en cosas muy superficiales, le hice un par de preguntas y cuando acabé mi cigarrillo lo apagué en un cenicero del lugar a unos dos metros y regresé a su lado para contemplar el más incómodo de todos los silencios. No sé en realidad si ella deseaba seguir conversando o no, ni la razón de por qué quiso conversar en primer lugar, el asunto es que sólo atiné a decir "tengo que volver". Di media vuelta con una agilidad y una angustia abismantes y desaparecí en el ascensor.

Esto es algo que no me pasa a menudo (que me hable una extraña) y quizás por lo mismo me comporté, creo yo, estúpidamente. ¿Por qué tiene que ser tan angustiante? Mientras estuve ahí con ella me sentí ridículo y extremadamente observado, como si a medida que hablaba ella escaneara cada centímetro de mi cuerpo y mis palabras, todo parte de un examen de aptitudes que, claro está, no podría haber aprobado. Ahora pienso que sin esta maldita FS quizás podría haber preguntado su nombre, o haberle dicho que me parecía una persona interesante y que me gustaría volver a conversar con ella. Pero nada de eso, sólo quería huir y esconderme y saber qué razones pudo haber tenido para entablar esa extraña conversación conmigo.

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