domingo, 22 de julio de 2007

La amistad

Termina otro fin de semana, uno como tantos, sin nada que hacer y nada que contar. El viernes entré al departamento y no he asomado por la puerta ni un solo instante. Es domingo en la noche y solamente volveré a dejar mi "lugar seguro" mañana lunes, temprano, para ir al trabajo.

Y lo triste es que no ha sido mi opción esta vez. Es verdad que he hecho avances y estoy atreviéndome a hacer cosas. Sin embargo, todavía no soy capaz de hacer cosas solo. Si para el común de la gente, hacer cosas solo puede resultar aburrido, poco atractivo y hasta temerario, para mí lo es el doble. Entonces, ¿por qué hacerlo? La respuesta está en que no hay compañía. No hay amigos.

Dicen que la amistad es de las relaciones humanas más frecuentes. Somos seres sociales por naturaleza, pero un fóbico social es por naturaleza un ser antisocial. No soy excepción a la regla y en la vida me ha costado mucho crear lazos con las personas. No sé hacer amigos, nunca supe cómo y creo que ya no aprendí. Esto tiene resultados bastante frustrantes, en el sentido de que uno, aunque quiere hacer cosas, se reprime porque no tiene con quién compartir esas actividades.

Hoy estuve leyendo sobre amistad, y encontré que en la amistad se manifiestan cosas como las siguientes:

  • Agrado por compartir actividades, ideas, gustos, experiencias
  • Pasar tiempo juntos (debido a lo anterior)
  • Confianza y sinceridad
  • Interés y preocupación por el amigo y su bienestar
  • Reunirse, comunicarse, convivir

En mi caso, estas características se dan solamente con una persona, y no estoy considerando a la familia. Los familiares lo serán siempre y no es una relación que se decida como la amistad. Y cuando hablo de familia, incluyo a mis cuñados. Así que, sin temor de ofender a nadie, puedo decir con propiedad que solamente tengo 1 amigo. Amiga, en mi caso. El resto son personas que coinciden conmigo en el trabajo. Personas que existen en mi vida de lunes a viernes, pero que desaparecen sábados, domingos, festivos y vacaciones. Son personas con quienes no existen los llamados telefónicos, sino solamente los "buenos días" y "hasta mañana".
Edit: además de esta amiga que menciono, que es alguien a quien puedo ver, tengo otra amiga, virtual, es de España y solamente nos conocemos por Messenger. Es poco probable que alguna vez podamos compartir frente a frente, pero ella siempre está dispuesta a leerme y a subirme el ánimo. Gracias Elena.
Mi amiga ha sido una gran ayuda para mí. Gracias a ella he podido hacer cosas los últimos tres meses. Con ella me he atrevido a ir a conciertos, a un pub y hasta a bailar. Pero cuando ella no está o tiene otra agenda, mis posibilidades de hacer cosas se anulan. Este fin de semana ella tenía otros planes y es absolutamente válido. Y si no es porque todavía es soltera, quizás mi vida sería más que el infierno que me parece ahora. Por eso es que vuelvo a lo de intentar hacer cosas solo. Ir a un concierto o al cine solo, ir a sentarme a la barra de un pub solo, ir a una disco sin compañía, aunque sea para sentarme frente a la barra y emborracharme mientras veo a los demás pasarlo bien. Pero no me atrevo. No tengo los cojones para eso. En cambio, para evadir la frustración, me encierro en la habitación a escuchar música y beber entre cuatro paredes, sin testigos, mientras me declaro perdedor frente a las evidencias, de conectarme a Messenger y no encontrar ningún saludo, de ver que de 10 llamadas en mi celular, 5 son de mi mamá, 3 son número equivocado y 2 son ofertas de algún agente de marketing y ventas que desea mi dinero.

Suena patético, y lo es. En ningún momento mencioné que mi vida fuera envidiable ni mucho menos. Sin embargo, sé que estoy en un proceso y que sigo teniendo la esperanza de algún día dejar de escribir en este espacio. Pero falta mucho camino que recorrer. Mientras avanzo, seguiré dejando mi huella aquí.

miércoles, 11 de julio de 2007

Descontrol otra vez

Ya no hay estímulo. Perdí la batalla sin siquiera haberla iniciado. En realidad, no hay por qué luchar. La chica del post anterior ya no está. Volvió con su ex y ya no hay nada que hacer.

Me he dado cuenta de que cada vez que enfrento una desilusión me recrimino a mí mismo. En este caso en particular, no fui lo "suficientemente bueno" para convertirme en una opción al ex. Como sea, los hechos son innegables y aquí estoy mordiendo la pena y tratando de sobrellevar el sentimiento de soledad.

Hay ratos como ahora en que siento que estoy demás. El mundo sigue su curso y es como un tren que me ha dejado en la estación. Todos siguen con sus vidas y yo sigo en el mismo capítulo de mi historia, sin lograr avanzar. Quizás para los demás resulte sencillo o lógico (seguir adelante), para mí en cambio es un obstáculo muy grande. Me cuesta seguir, cada vez me cuesta más hacerlo. Por lo mismo, me cuesta aventurarme a situaciones nuevas o a repetir vivencias que ya me han hecho mal, como esto de conocer a una chica y darte cuenta de que ella no está sintiendo lo mismo que tú. Me ha pasado varias veces, pero esa experiencia solamente me ha servido para sufrir cada vez más. Cuando vuelvo a vivir la situación me la pienso una, dos y tres veces, antes de ceder a mis sensaciones y sentimientos. La próxima vez la pensaré cuatro. Y luego, cinco. Y más tarde llegará un momento en que me negaré siquiera a la posibilidad de sentir.

A veces quisiera morir y terminar con todo esto de una buena vez. Pero aparte de fóbico soy cobarde. Detesto el dolor, y detesto aún más la posibilidad de no lograr el objetivo. Sí, varias veces pensé que sería mejor no vivir, que vivir a medias o "sobrevivir", que es lo que me sucede a mí. Pero entre el posible dolor de salir de este mundo y la constante tortura de estar inmerso en él pero sin participar, he podido decidirme por esta última opción, aún cuando significa sentirme separado, ajeno, solitario.

Si alguno se pregunta cómo es que un rechazo puede provocar esto, contestaré que no es el rechazo. Estas ideas siempre han estado ahí, presentes, escondidas, latentes. Basta que algo ocurra para que salgan a la luz, como queriendo recordarte quién eres, indicando que los hechos confirman todos tus pensamientos. No es "ella" en particular. Pudiera haber sido cualquier otra. El problema nunca fue ella, sino yo.

lunes, 2 de julio de 2007

Todo bajo control

Uno de mis variados problemas es querer tener todo bajo control. Cuando algo se escapa del plan, comienza la ansiedad, de ahí la angustia y desde ese lugar al ataque de pánico hay muy poco espacio.

Pues bien, para alguien que ha vivido en un mundo tan reducido, salir al mundo de verdad y tratar de vencer las fobias implica, necesariamente, encontrarse con situaciones que se salen de control.

En un mundo reducido, formado por las cosas que te acomodan y conoces bien, con gente que conoces bien y que te da confianza, el control de las cosas es algo relativamente sencillo. La ansiedad y la angustia están en tus manos.

El problema surge cuando aparece algo o alguien que deseas con fuerza, y que para alcanzarlo tienes que salir a ese mundo que te aterra. Me está pasando precisamente eso. Algunos días atrás conocí a una chica que me flechó. Hace tiempo que una mujer no me atraía como ella. Yo no sé qué le habrá pasado a ella, pero creo que esta vez no renunciaré a la posibilidad de conocerla mejor, como ya he renunciado otras veces debido a los miedos.

Y no es que sea más valiente que antes, pero tengo una motivación. Y esta motivación es un motor que me permite avanzar a pesar de los miedos. O quizás no avanzar, pero al menos intentar hacerlo.

Quizás para vencer miedos sea necesario contar con una motivación. Evidentemente, es mejor que la motivación venga desde dentro: un deseo por cambiar y mejorar. Pero, ¿para qué cambiar y mejorar si dentro de ese mundo pequeño que habitamos estamos protegidos? Creo que, siempre, la razón para cambiar tiene que ver con algo que viene de afuera.

Saludos.