domingo, 10 de febrero de 2008

San Valentín

Hace ya un tiempo que no me pasaba por acá. Bueno, si creéis que me he dado la gran vida después de obtener mi "alta", lamento desilusionarlos... He tratado, sí, pero de ahí a ser gran vida, no.

Pero vamos al grano. Hoy me han dado ganas de escribir sobre esto de San Valentín, Día del Amor, Día de los Enamorados, o como queráis ponerle.

Yo creo ser un tipo con suerte (variable, por cierto.. a ratos he tenido de la buena y a ratos de la mala, quedándome, muy a mi pesar, en esta última racha por demasiado tiempo) y digo esto porque puedo decir que he tenido relaciones de pareja estables. Ahora no hay nadie a mi lado (románticamente hablando), y es una situación que se ha sostenido en el tiempo durante varios y largos meses. Aún así, y pensando en esto de San Valentín, caí en la cuenta de que no recuerdo un día del amor con una pareja a mi lado. De verdad que no. Quizás tengo la extraña capacidad de bloquear los buenos recuerdos (porque imagino que un día del amor debería ser un buen recuerdo), pero lo cierto es que no tengo memoria de haber pasado un 14 de febrero con alguien a quien saludar y de quien recibir un saludo.

En fin, no es gran cosa. A fin de cuentas esto del día del amor, igual que la Navidad y los demás días "especiales" del año, no es más que una jugada del comercio para hacernos gastar nuestro dinero y quedarnos tranquilos pensando que cumplimos. Porque si nos ponemos a pensar (en serio), no nos costará concluir que en una relación de pareja el amor se debería demostrar a diario, y que todos los días es una oportunidad para exteriorizar ese amor que decimos sentir hacia el otro. De hecho, comprar flores antes del 14 de febrero resulta mucho más económico que hacerlo el día ya señalado. Entonces, vamos, que es mucho más conveniente demostrarse cariño los otros 364 días del año que hacerlo justo cuando a todos se les ocurre. Incluso, me atrevo a decir, hacerlo cuando no se espera (cualquier día que no sea catorce de febrero) da hasta mejores resultados.

Para un fóbico social, esto de celebrar el día del amor es tan extraño como la Navidad para un musulmán. Ser fóbico social y tener pareja es casi un milagro y, al menos yo, nunca logré, creo, extender el milagro hasta el día de San Valentín. Pero insisto, no debemos caer en el juego del comercio y sentirnos peor el 14 de febrero, solamente porque los medios nos bombardean con mensajes que, a fin de cuentas, se reducen a: "COMPRE, gaste su dinero este 14 de febrero, porque es EL día para declarar amor". Insisto, el amor se declara a diario y no hay un día especial para hacerlo. O se hace a diario o mejor pensamos que ese amor no durará mucho más.

Así que, fóbicos sociales (solteros y solteras) los invito a pensar en el 14 de febrero como cualquier otro día. Será verano para algunos, invierno para otros, pero es otro día más en el calendario. No tienes pareja, y no importa. Los planetas no se han alineado para que ello ocurra, pero es lo de menos. Lo importante es que cada día, incluso el 14 de febrero, es un día más para buscar ser mejores personas, para desafiarnos y dejar atrás este fantasma que yo insisto en llamar "el peor de los miedos".

Un abrazo a todos.